¿Alguna vez has pensado cuántos clientes podrían dejar de volver a tu negocio si vieran que no está tan limpio como debería? Aunque no lo creas, es más común de lo que imaginas.
En aquellos espacios en los que se realizan transacciones comerciales, como restaurantes, tiendas de ropa y oficinas, la higiene influye directamente en la experiencia del cliente y en el bienestar de los empleados.
Incluso en aquellos sectores en los que no parece existir una conexión directa con la salud pública, como en una tienda de moda o una oficina, la limpieza sigue siendo fundamental para garantizar un ambiente laboral saludable y atractivo.
Sin embargo, cuidar la limpieza de nuestro local no sólo es importante para ofrecer una buena imagen a los clientes, sino que, además, se trata de un requisito legal al que muchas empresas no prestan la debida atención.
Pero, ¿qué dice la ley al respecto? ¿Cuál sería el protocolo ideal para mantener tu local impecable?
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Uno de los primeros aspectos que los clientes perciben cuando entran a un local es su apariencia. Si está limpio, organizado y bien cuidado, les generará mayor confianza, lo que aumenta las posibilidades de compra.
En cambio, un local sucio, desordenado o con malos olores puede generar una percepción negativa inmediata, perjudicando tanto la imagen de la marca como las ventas. Pero, ¿qué otros factores hacen que la limpieza de locales comerciales sea tan importante?
La limpieza no solo afecta a los clientes, sino también al personal que trabaja en el local. Un entorno de trabajo limpio y bien ventilado contribuye a la salud y el bienestar de los empleados, lo que se traduce en menos bajas laborales por enfermedad y en una mayor productividad.
En algunos sectores, como la hostelería o la alimentación, la limpieza es aún más importante. Un restaurante con una cocinas sucia o un supermercado con productos mal almacenados no solo supone un riesgo para la salud de los clientes, sino que además se expone a graves sanciones legales que pueden ir desde multas hasta el cierre del local.
La experiencia del cliente es clave para el éxito de cualquier negocio. Un local limpio y bien ordenado puede marcar la diferencia entre un cliente que vuelve y otro que no.
Además, en la era de las redes sociales, un comentario negativo o una foto del estado de tu local puede propagarse rápidamente, dañando tu reputación. Con lo cual, no se trata únicamente de una cuestión de salud o estética, sino también de una inversión en la imagen y la reputación de tu marca.
La legislación española establece claramente la obligación de mantener los locales comerciales en óptimas condiciones higiénicas para proteger tanto a los consumidores como a los empleados. Pero, ¿qué aspectos legales debemos tener en cuenta?
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales (Ley 31/1995) establece que el empresario debe garantizar la seguridad y la salud de los empleados en todos los aspectos relacionados con el trabajo.
Para garantizar que el local cumpla con la normativa y se mantenga en condiciones óptimas, es conveniente elaborar un protocolo de limpieza y desinfección. De esta forma, además de garantizar una correcta gestión de la limpieza, también servirá de guía para los empleados o las empresas de limpieza contratadas. A continuación, presentamos un ejemplo que podría aplicarse a un local comercial.
Es importante seleccionar productos de limpieza que sean eficaces contra virus y bacterias, pero que no dañen las superficies del local. Además, es recomendable evitar el uso de productos corrosivos en materiales delicados como cristal y mármol.
¿Cumple tu local con todas estas exigencias o hay algo que puedas mejorar?