Después de terminar una reforma en una oficina o local comercial, el espacio queda prácticamente nuevo, pero detrás de esa impresión inicial se esconde un profundo trabajo de limpieza para eliminar el polvo, los residuos de materiales y las manchas que la obra ha dejado por todas partes.
Pero no sólo es importante por motivos estéticos, sino también para garantizar la seguridad y el bienestar de aquellos que vayan a usar el espacio. No se trata simplemente pasar la aspiradora y quitar el polvo; hablamos de retirar residuos peligrosos, limpiar manchas persistentes de pintura, cemento o silicona y garantizar que todos los rincones queden perfectamente limpios.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que una limpieza tras una reforma no requiere de tiempo, esfuerzo y cierta planificación para que el resultado final sea impecable. Por eso, aunque a primera vista pueda parecer que hacerlo por nuestra cuenta es la opción más económica, hay ciertos factores que pueden hacer replantearnos esa decisión.
Índice
Una de las primeras dudas que surgen tras finalizar una reforma es si debemos encargarnos nosotros mismos de la limpieza o si es mejor contratar a una empresa especializada en limpieza de reformas. La respuesta a esta pregunta dependerá de varios factores, como el tamaño del espacio, el nivel de suciedad acumulada y, por supuesto, el presupuesto del que dispongamos.
Si decides encargarte personalmente de la limpieza tras la reforma, una de las principales ventajas es el ahorro de dinero, ya que te evitarás el coste de contratar profesionales. Pero además, podrás controlar el ritmo y los tiempos, adaptándolo a tu disponibilidad.
Sin embargo, debes tener en cuenta que la limpieza de reformas no es tarea sencilla. Estamos hablando de polvo fino que se mete en cada rincón, residuos como fragmentos de cemento, restos de pintura en suelos o ventanas, y manchas que requieren productos específicos para ser eliminadas sin dañar las superficies. A lo que hay que sumar el tiempo que vayamos a necesitar. Incluso si es un espacio pequeño, puede llevarnos varios días.
Por otro lado, también está el tema del equipo. Para limpiar después de una reforma, se necesitan productos y herramientas especializadas, desde aspiradoras industriales hasta productos desincrustantes y protectores de superficies, y lo más probable es que no contemos con todo ello, lo que hará que el trabajo resulte más complicado.
Contratar una empresa especializada en limpiezas de reformas permite disfrutar de una serie de ventajas. En primer lugar, los profesionales cuentan con la experiencia y el equipo necesario para dejar el espacio impecable en mucho menos tiempo. Saben exactamente cómo tratar cada tipo de suciedad y utilizan productos que no solo limpian, sino que también protegen las superficies recién reformadas.
El principal inconveniente, como ya mencionamos, es el precio. Sin embargo, cuando se trata de grandes superficies o de reformas particularmente sucias, puede ser la mejor opción para evitar problemas a largo plazo.
Como acabamos de comentar, uno de los factores decisivos a la hora de optar entre una limpieza casera o profesional es el precio, lo que depende de factores como el tamaño del espacio, el nivel de suciedad, la ubicación y el tipo de materiales utilizados en la obra.
Para ilustrar mejor estos costes, pongamos algunos ejemplos. Supongamos que acabamos de reformar una oficina de 100 m² en el centro de Madrid. Si contratamos una empresa especializada, generalmente pagaremos entre 500 € y 1.000 €, dependiendo del nivel de profundidad de la limpieza y de los productos utilizados.
En cambio, para un local comercial de unos 300 m², los precios podrían oscilar entre los 1.200 € y los 3.000 €, ya que las exigencias de limpieza suelen ser mayores, sobre todo si se trata de un espacio destinado a atención al público.
La limpieza después de una reforma no consiste únicamente en quitar el polvo y pasar un trapo, sino en realizar una limpieza a fondo en todas las superficies y rincones del espacio reformado. A continuación, detallamos cuáles son los principales trabajos que suelen incluirse en este tipo de servicios:
Después de una obra, el polvo se acumula en todas partes, desde el suelo hasta las paredes, ventanas, techos, e incluso en los muebles. Los profesionales utilizan aspiradoras industriales para eliminar tanto el polvo grueso como el fino, que es el más difícil de retirar con métodos tradicionales. Además, se encargarán de recoger y desechar correctamente los residuos como fragmentos de cemento, restos de azulejos o madera.
Los suelos, especialmente si son nuevos, requieren un tratamiento especial. Dependiendo del material, puede que sea necesario aplicar productos desengrasantes, desincrustantes o abrillantadores para eliminar los restos de pintura, cemento o adhesivos que hayan quedado tras la obra. Por otro lado, las ventanas suelen quedar manchadas por polvo, pintura o silicona.
En una limpieza tras reforma no solo se busca eliminar la suciedad visible, sino que también se desinfectan las superficies, especialmente en zonas como baños y cocinas. Además, los profesionales aplican productos protectores en ciertas superficies para alargar su vida útil y evitar futuros daños, como encimeras o suelos delicados.
Las manchas de pintura, cemento, silicona o pegamento son comunes tras una reforma. Estos residuos no se eliminan fácilmente con los productos de limpieza convencionales, por lo que las empresas especializadas utilizan productos específicos para desincrustarlos sin dañar las superficies.