La limpieza de la vivienda no es tarea sencilla, y en muchos casos es un trabajo nada deseable. No vamos a dudarlo, todos preferimos pasar nuestro tiempo dedicándolo a actividades más productivas o más divertidas que la de limpiar.
Sin embargo, hay mucha gente que considera que limpiar es una actividad relajante. Son muchas personas las que rememoran el famoso tema y videoclip de Queen I Want to Break Free, con Freddie Mercury y su icónico disfraz. En este sentido, no es extraño que en Spotify se multipliquen las playlist de limpieza, es decir, temas que escuchamos mientras estamos limpiando y ordenando la vivienda.
Sea como fuere, limpiar cualquier vivienda supone mucho trabajo, tanto si es de grandes dimensiones como si es más pequeña. En el primer caso porque son muchos metros cuadrados en los que centrar el esfuerzo. Si la vivienda es pequeña, porque hay más rincones y la comodidad para limpiar es menor.
Por fortuna, la tecnología es para la limpieza doméstica una gran aliada. Uno de los últimos electrodomésticos que ha aparecido en el mercado y que destaca por su innovación es el robot limpiacristales.
Los robots limpiacristales son muy precisos y eficientes para limpiar ventanas, espejos y otras estructuras que tienen una superficie de cristal y requieren una atención especial para lucir siempre impecables.
El aspecto más destacado de estos pequeños electrodomésticos es que hacen la limpieza de manera rápida y sencilla, facilitanso así esta tarea. Los robots no gotean, no dejan marcas ni huellas y, una vez el robot ha pasado por la superficie en cuestión no deja ningún rastro de humedad.
Estos robots, a diferencia de los robots aspiradores, puede utilizarse de forma vertical y horizontal, pues se succiona perfectamente a la superficie a limpiar. Además de cristales o espejos, con estos electrodomésticos se pueden limpiar ventanales, azulejos, paredes, puertas o parquets. El sistema UPS incorporado ayuda a que el robot no se caiga en caso de fallas eléctricas.
En el mercado encontramos modelos con diferentes características, un buen ejemplo es la web de robot para limpiar cristales, donde encontramos a modo de comparativa algunos de los modelos más destacados en cuanto a relación calidad – precio. En cualquier caso, las claves para seleccionar modelo las veremos más adelante.
Estos robots ofrecen una tecnología muy avanzada, con sensores y procesadores potentes. Estos sensores son los que calculan la trayectoria de limpieza, identifican los marcos de ventanas o puertas y se mantienen seguros sin caerse.
Como ocurre con otros electrodomésticos inteligentes, los limpiacristales incluyen un control remoto para manejarlo a distancia y acceder a cualquiera de los programas de limpieza.
Los robots pueden utilizarse conectado a la corriente o a través de la batería incluida. Por lo general, los limpiacristales tienen una autonomía de 30 minutos de funcionamiento.
Un primer condicionante claro es que, a pesar de que la mayoría de los robots funcionan con electricidad, también hay modelos que trabajan a través de imanes y que cuentan con baterías recargables. Esta decisión es la primera a considerar.
Un segundo aspecto es el de la potencia. A más potencia, más facilidad para adherirse a las superficies en caso de limpiar verticalmente. La potencia afecta también a la capacidad de limpieza, para retirar el polvo y dejar la superficie pulcra.
La velocidad guarda mucha relación con potencia. Esto contribuye a abarcarr mayor espacio en menos tiempo, y por tanto a ahorrar energía eléctrica y tiempo. Los robots limpiacristales varían en función de su velocidad atendiendo a las funciones y los programas de limpieza que incluyan.
Es importante también valorar los accesorios que incluyen: paños extras para la reposición, almohadillas, líquido limpiador para superficies acristaladas y los más avanzados, que incorporan una app para ser controlados desde un dispositivo móvil.
El último aspecto a considerar es el nivel de ruido que tiene el robot, sobre todo si en casa hay bebés o mascotas sensibles. Atendiendo a todas estas cuestiones, y valorando también al presupuesto disponible, se pueden dirimir cuáles son los modelos con mejor relación calidad – precio, es decir, cuál es el modelo que se puede permitir una familia primando siempre las prestaciones sobre el precio.