En los últimos años, millones de hogares y negocios en nuestro país han apostado por la instalación de paneles solares. Sin embargo, no todo el mundo sabe cómo cuidad adecuadamente estas instalaciones.
¿Sabías que un panel solar sucio puede perder hasta un 30% de eficiencia? Por eso, aunque se trata de una cuestión que muchas veces pasamos por alto, la limpieza de placas solares fotovoltaicas es fundamental para sacar el máximo rendimiento a nuestra inversión.
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Más allá de la estética, la limpieza de las placas fotovoltaicas es una cuestión de eficiencia. Limpiar bien y con regularidad nuestros paneles brinda una serie de beneficios que se traducen en una importante mejora en el rendimiento general de la instalación, lo que te permitirá ahorrar en tu factura de la luz cada mes.
La acumulación de polvo, polen, excrementos de aves o incluso polución en zonas urbanas reduce la cantidad de luz que llega a las celdas fotovoltaicas, haciendo que la producción de electricidad sea menor. La pérdida puede llegar a ser de entre el 5% y el 30% dependiendo del nivel de suciedad acumulado.
Si tus placas solares producen más, recuperarás antes lo que invertiste en ellas. De esta forma, podrás amortizar la instalación en menos años.
La suciedad persistente puede generar puntos calientes (hot spots) que dañan la superficie del panel y acortan su vida útil. A la larga, esto puede hacer que tengamos que sustituir los módulos antes de tiempo. No olvides que prevenir siempre es mejor (y más barato) que curar.
Limpiar ayuda a detectar pequeñas grietas o averías antes de que se conviertan en problemas graves y evita que la suciedad se convierta en corrosión o que cause daños estructurales con el tiempo.
Generalmente, debe realizarse al menos 1 vez cada 6 meses. En entornos difíciles, cada 3 meses. En instalaciones críticas (comerciales, industriales): cada 2 meses o incluso mensual si hay mucha acumulación de residuos.
No obstante, también existen algunos criterios generales para determinar la frecuencia adecuada.
Las zonas con mucho polvo, polen o contaminación requieren una limpieza más frecuente. Lo mismo ocurre en entornos industriales, agrícolas o cercanos a obras. Si tienes árboles que dejan caer hojas, savia o atraen aves, es recomendable que programes una limpieza cada 3 meses.
En regiones con lluvias regulares, la limpieza natural de la lluvia ayuda. Sin embargo, hay que recordar que la lluvia no sustituye una limpieza a fondo. Más bien prolonga los intervalos entre limpiezas. Con lo cual, si vives en un sitio seco, con vientos cargados de arena o sin lluvias, la limpieza debe ser más frecuente.
Los paneles inclinados se limpian mejor con el agua de lluvia. En cambio, los paneles planos acumulan polvo y charcos, lo que hace necesaria una limpieza más regular.
Si tienes un sistema para medir la producción energética, podemos ver cuándo se empieza a perder rendimiento. Si estamos perdiendo entre un 5% y 10%, es un indicador claro de que toca limpieza.
La limpieza de las placas solares fotovoltaicas debe hacerse con cuidado. No se trata de darle con la manguera a presión y listo. De hecho, esto podría dañar el cristal y anular la garantía. Por eso, a continuación, te dejamos los pasos a seguir.
Antes de empezar a mojar nada, revisa los paneles. ¿Hay grietas? ¿Nidos de pájaros? ¿Acumulaciones grandes de hojas o barro? Retira los residuos más grandes con la mano o con una escoba seca.
Con la manguera (a baja presión), enjuaga los paneles de arriba hacia abajo. Esto ayudará a reblandecer la suciedad y facilitará mucho el trabajo.
Llena el cubo con agua y añade solo una gota de jabón por cada litro. Sumerge la esponja o el cepillo suave y limpia con movimientos suaves y circulares. Evita frotar con fuerza.
Consejo: si se ensucia demasiado, cambia el agua del cubo. De lo contrario, estarás esparciendo más suciedad de la que quitas.
Vuelve a pasar agua limpia sobre las placas para eliminar cualquier residuo de jabón. Asegúrate de no dejar espuma, que puede dejar manchas o incluso atraer polvo más rápido.
Usa una escobilla de goma para retirar el exceso de agua y después pasa un paño de microfibra para terminar de secar. Si usas agua osmotizada o desionizada, puedes dejar secar al aire sin problemas.
Nota: nunca limpies los paneles en horas de máxima insolación. El contraste térmico puede agrietarlos y el jabón se secará demasiado rápido, dejando manchas.
Y si no puedes acceder a los paneles de forma segura… llama a un profesional. En Limpiezas Sil, somos expertos en la limpiezas de placas solares fotovoltaicas. Ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a mejorar considerablemente el rendimiento y el ciclo de vida de tu instalación.