Las alfombras y moquetas añaden estilo y calidez a cualquier vivienda, añadiendo colores, patrones y texturas atractivas que pueden mantenerse en perfectas condiciones durante muchos años siempre que se realicen un mantenimiento y una limpieza adecuada. Las moquetas atrapan todo el polvo, la suciedad, la caspa de las mascotas y otras partículas de uso diario. Incluso aunque no usemos zapatos dentro de casa, se terminará ensuciando. En este sentido, aspirar de forma regular la moqueta es la mejor opción para mantener los tapetes y moquetas limpias.
Pero, ¿con qué frecuencia se debe realizar la limpieza de las moquetas? Aunque no es una labor que tenga que realizarse de manera diaria, mantener las moquetas y alfombras con la mejor apariencia posible requiere de cierta rutina de trabajo. De esta forma, ayudaremos a prolongar la vida útil de la alfombra y a reducir el enmohecimiento.
Índice
La limpieza de moquetas y alfombras es fundamental para que no se deterioren rápidamente, y evitar que se acumulen residuos que puedan perjudicar la calidad del aire y crear olores desagradables.
Entre los tipos de suciedad más habituales que podemos encontrar en las fibras de moquetas y alfombras se encuentra los residuos de la piel, los insectos la caspa de las mascotas, los alérgenos, el moho, el polen, el barro, los químicos y las bacterias. La mayor parte de estas partículas son microscópicas y no suelen detectarse a la vista, por lo que sucede muchas veces es que nos terminamos preocupando cuando ya es muy tarde.
La suciedad generada por el barro o los restos de comida pueden verse más fácilmente, pero si no se limpian de manera inmediata, puede que posteriormente no podamos eliminarlas totalmente o que sea muy complicado hacerlo. La cuestión es que dejar que toda esta suciedad se acumule puede hacer que los síntomas de asma, alergia y problemas respiratorios empeoren.
Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de limpiar la moqueta del suelo es el tipo de tejido en el que está fabricada. Algunas alfombras son de tejido compacto, mientras que otras son de tejido entrelazado. En función de ello, requieren de un mayor o menor mantenimiento, que además puede ser más o menos sencillo. Por ejemplo, las moquetas de terciopelo o pelo largo tienden a acumular más polvo y suciedad, por lo que el trabajo puede ser más complejo y debe realizarse con mayor frecuencia.
Además, debemos pensar en el uso que recibe la estancia en la que se ubica la moqueta. Una moqueta ubicada en el salón de una casa requerirá una limpieza más frecuente que una situada en un dormitorio. Pero, generalmente, tenemos que observar el uso específico que le damos para poder establecer la periodicidad de limpieza. Es normal que las alfombras acumulen polvo, ácaros y pelusa, lo que puede terminar siendo muy negativo para nuestra salud, sobre todo para personas que padecen alergia.
También tenemos que tener en cuenta si tenemos mascotas en casa, como perros o gatos, pues suelen disfrutar mucho de ellas para descansar y jugar. Pero además, para mantener la moqueta limpia y reducir la frecuencia de limpieza, es importante no pisarlas con el calzado de la calle.
Para realizar una limpieza rutinaria de una alfombra, es suficiente con aspirarla de forma regular. Lo ideal es hacerlo al menos una vez a la semana. Es convenienbte contar con una aspiradora de buena calidad y que sea lo suficientemente potente. Además, a ser posible, debe contar con filtro de agua para retener las partículas más pequeñas.
En la mayoría de las moquetas es suficiente con un aspirador de cepillo, pero en el caso de las moquetas de bucle de lana, es recomendable usar un aspirador de boquilla plana. Además, si quieres lograr una limpieza todavía más eficiente, es conveniente que adquieras un cepillo eléctrico, que puede adaptarse al aparato de boquillas.
En el caso de que se manche, intentaremos eliminarla rápidamente con papel absorbente, evitando frotar par ano extenderla. Es preferible presionarla con suavidad para que el papel absorba todo el líquido posible. Después, podemos aplicar un producto concreto para tratar la mancha siguiendo las indicaciones del fabricante.
Pero también es conveniente realizar una limpieza en profundidad al menos una vez al año, a ser posible al final del verano. No obstante, como decíamos antes, depende mucho de la estancia en la que se encuentre y del tipo de tejido de la alfombra.
Normalmente con hacerlo una vez al año será suficiente, pero puede que para estancias con poco tránsito o en las que no hay niños ni mascotas, sea suficiente con hacer cada 18 meses. En cambio, en zonas con mucho tránsito, como los pasillos, los dormitorios o el salón, puede que se requiera de una limpieza más frecuente, cada 6 u 8 meses. Si hay señales evidentes de suciedad en la alfombra, quiere decir que has esperado mucho tiempo.
Eso sí, hay que mencionar se trata de un proceso que puede llegar a resultar muy complejo como para hacerlo en casa. Por eso, es recomendable contratar los servicios de una empresa especializada en la limpieza de moquetas a domicilio y que dispongan del equipamiento y los productos necesarios para dejarlas en perfectas condiciones. De esta forma, nuestra moqueta durará mucho más tiempo.