¿Acabas de hacer una reforma de un piso y está todo patas arriba? ¿Has comprado un piso nuevo y has tenido que instalar enchufes o tirar paredes? No te preocupes más por la limpieza de obra porque en este post encontrarás la solución a todos tus problemas. Continúa leyendo y descubre cómo limpiar después de una obra para dejar tu vivienda o local impecables.
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Adaptarte al nuevo entorno será facilísimo después de una limpieza urgente. En cualquier caso, si ves que va a ser mucho trabajo, contar con los servicios de una empresa de limpieza puede resultarte muy útil para sentir tu nuevo espacio como el de toda la vida.
COMO HACER UNA LIMPIEZA DE OBRACómo prevenir las manchas durante una obraProtege los cristales de las ventanasRetira pomos y tiradores de las puertasCómo abordar la limpieza de la obra perfectaNo bastará con una pasada para limpiar todoRealizar la limpieza de la obra nosotros mismosEscoger los productos especializadosAyudarnos de la tecnologíaAlquilar las máquinas de limpiezaRecurrir a profesionales de la limpieza de obrasVentajas de contratar a una empresa de limpiezaEl presupuesto de la limpieza de obraEl proceso de limpieza de una obra
Índice
Como prevenir es siempre mejor que curar, una buena forma de ahorrarnos trabajo en la limpieza de obra es tomar ciertas medidas preventivas. Tras la reforma tendremos que limpiar en cualquier caso, pero si nos organizamos bien, podemos conseguir hacerlo de forma eficiente.
Antes de comenzar la reforma, puedes colocar cinta de carrocero en los cercos, de manera que la pintura no llegue a los cristales. Además, puedes aplicar una capa de vinagre caliente para evitar que se quede adherida. Esto te facilitará mucho la limpieza final tras la obra.
La limpieza de viviendas será más sencilla si retiramos los pomos antes de comenzar la obra, ya que, al ser metálicos, la limpieza de la pintura puede complicarse. Si los guardamos, evitamos que se manchen y ayudamos a que se puedan pintar mejor las puertas. Recuerda colocarlos junto a sus correspondientes tornillos y piezas.
En muchas ocasiones la limpieza de obra supone un gran reto debido a que los nuevos materiales y, sobre todo, lo reciente de su construcción, requieren también diferentes tratamientos de los dados hasta ahora. Es una importante inversión no sólo de tiempo sino de dinero.
Limpiar el polvo de obra que nos queda tras una reforma integral puede ser muy molesto, incluso podemos llegar a pensar que no desaparecerá nunca. Pese al cuidado y precauciones que adopten los obreros para tratar de manchar lo menos posible, el suelo suele ser la zona que más se ensucia durante una obra, por lo que llevar a cabo una limpieza del suelo será una de las tareas prioritarias durante la limpieza de obra.
Manchas de pintura, barniz, cemento o yeso son las más frecuentes y, para tratarlas, cada una de ellas requiere del uso de un producto con determinadas propiedades.
Debemos hacernos a la idea desde un primer momento de que con una única sesión de limpieza del piso dejaremos nuestro hogar en condiciones, ya que requiere de varias.
Recurrir a una empresa especializada que nos ofrezca un servicio de limpieza de obra puede ser la opción definitiva para un acabado perfecto. Una contrata nos ahorrará mucho tiempo porque dispone de maquinaria y utensilios profesionales. En este caso, con una jornada de limpieza de la obra si podremos acabar con toda la suciedad de manera profunda y sin complicaciones, teniendo unos acabados que en algunas ocasiones sólo maquinaria específica de limpieza de obra puede conseguir.
Esta es, sin duda, la opción más económica pero también la más laboriosa. Necesitaremos varias semanas para realizar la limpieza de obra y dejar nuestra casa en perfecto estado. Además, necesitaremos alquilar utensilios específicos que nos permitan eliminar el polvo, las manchas del suelo, la pintura de los cristales y las impurezas de los enchufes y radiadores. Lo más importante es elegir el producto adecuado para cada mancha y superficie, y tener mucha precaución siguiendo las instrucciones de uso de cada uno.
Uno de los trucos más importantes es evitar la acumulación de la suciedad. Si vamos a permanecer en nuestro hogar durante la obra, debemos quitar lo que nos sea posible de suciedad después de cada jornada. Si, por el contrario, vamos a estar fuera, es recomendable hacerlo los fines de semana, ya que los obreros no se encontrarán trabajando y nos será más fácil llevar a cabo la limpieza de obra.
Debemos saber que para cada superficie y material existen productos específicos para ejecutar de forma eficaz la limpieza de obra, y que debemos usar con especial cuidado cuando el material u objeto cubierto de suciedad está por estrenar.
Para eliminar restos complicados como, por ejemplo, el cemento o yeso, podemos encontrar en las tiendas productos indicados únicamente para ello, como quitacementos.
Con la pintura, que suele ser el elemento más común a limpiar, se pueden utilizar genéricos como la acetona, pero además de no eliminarla por completo podemos dañar la superficie. Por ello, debemos recurrir a disolventes que respeten los materiales.
Para eliminar manchas de cemento, yeso, residuos calcáreos u óxido de superficies como suelos, ladrillos o azulejos, que son resistentes a los productos más agresivos, existen varios químicos adecuados. Decapantes ácidos, quitacementos, anticalcáreos o desincrustantes son productos ideales para esta labor.
Cómo limpiar suelo de gres o la preocupación de limpiar pisos de porcelanto después de una obra, pueden ser otras dudas que nos surjan habitualmente. Hay que actuar de modo similar según sea el material (parquet,azulejos, mármol…): lo primero es detectar el tipo de suelo y después aplicar el limpiador específico para cada uno sólo allí donde encontremos manchas, no de manera generalizada durante la limpieza de obra.
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Cuando no basta con que apliquemos los correspondientes productos químicos y usemos las máquinas que tenemos a nuestro alcance en casa, la opción del alquiler se presenta como una alternativa adecuada. Estas máquinas son aspiradores de potencia industrial, abrillantadoras de suelos o hidrolimpiadoras. Con ellos conseguiremos un resultado profesional tras la limpieza de obra, si bien es conveniente tener un conocimiento previo adecuado de su manejo. A ellas debemos recurrir cuando la suciedad o la mancha están muy impregnadas o porque hay mucha superficie que limpiar.
Al igual que en el caso de los productos explicados anteriormente, en este caso también debemos tener en cuenta el tipo de suciedad y la superficie de donde queremos eliminarla.
Si lo que queremos es acabar con el polvo de suelos con superficie rugosa o zonas exteriores de gran amplitud, las escobas automáticas son un buen aliado, pero si se trata de suelos lisos es suficiente con un aspirador normal. Si, por el contrario, se trata de residuos cuyo tamaño es más grande que el polvo, como pueden ser pequeñas piedras, papeles o incluso restos de clavos o cables, lo más adecuado es usar una hidrolimpiadora (máquina para la limpieza de superficies con un chorro de agua a alta presión) o una escoba semiprofesional.
Si se trata de manchas que no están incrustadas en el suelo, podemos obtener unos muy buenos resultados si pasamos una máquina rotativa. A los lugares estrechos a los cuales no podríamos acceder con los anteriores, podemos llegar bien con un aspirador de agua.
Cuando persigamos limpiar el suelo, a pesar de que sea el impulso natural, no debemos barrerlo. ¿Por qué? Pues porque sólo trasladaremos el polvo o los escombros de un lugar a otro, además de quedarse en el aire. En su lugar, usaremos una aspiradora con filtro de alta eficiencia. Este tipo de aspiradoras nos permiten llevar a cabo la limpieza de obrade manera eficiente ya que tienen gran capacidad de absorción, lo que es óptimo para el polvo que se queda adherido a las superficies. Deberemos limpiar el filtro cada diez pasadas, aproximadamente.
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Si queremos tener un resultado más profesional aunque sin recurrir todavía a las empresas de limpieza, podemos optar por alquilar estos aparatos de limpieza especializados de manera temporal, ya que su compra no merece la pena debido a su elevado coste y uso puntual.
Los precios del alquiler varían, especialmente en función del tipo de máquina que necesitemos y de los días que queramos contratarlas. Algunas de estas empresas ofrecen descuento cuantos más días de alquilen.Una decapadora, por ejemplo, puede alquilarse por unos 5,50 euros diarios; una abrillantadora de suelos se consigue por entre ocho 8 y 18 euros; una hidrolimpiadora cuesta unos 8 euros; un desatascador de tuberías, 9 euros y una aspiradora de sólido y agua, unos 12,50 euros. Pero mucho menos accesible resulta alquilar una barredora profesional, ya que la de estilo manual cuesta 1.000 euros y la de conductor (a batería o motor a gasolina) 3.500 euros.
Siendo una obra un proceso largo y que termina por agotarnos tanto física como mentalmente, lo que buscamos es poder disfrutar de la reforma cuanto antes. Por eso, lo último que necesitamos muchas veces es ponernos nosotros a limpiar la suciedad que se ha producido.
Es entonces cuando tenemos que barajar seriamente la posibilidad de contratar a una empresa de limpieza especializada en la limpieza de fin de obra, que nos garantizará un acabado profesional.
Muchas veces se desconoce que las empresas de limpieza de oficinas o de limpieza industrial ofrecen este servicio, pero ha terminado por ser de los más habituales.
Según datos de la Asociación Multisectorial de Empresas, es la Comunidad de Madrid la que concentra un mayor número de empresas de limpieza (un 17%) seguida de Cataluña (15%) y Andalucía (14%). Y si bien la mayor parte de sus clientes son las grandes empresas que requieren la limpieza de sus centros de trabajo, cada vez son más los particulares que recurren a ellas después de una reforma en su hogar para realizar la limpieza de la obra. Por tanto, las empresas de limpieza y sus precios pueden ser muy competitivos en ciudades con tanta oferta. Contratar una limpieza de pisos en Madrid tras terminar una obra puede ser muy sencillo con Limpiezas Sil.
El factor principal que nos lleva a descartar demasiado pronto a una empresa de limpieza de obras es el económico. Pero no tenemos en cuenta que, para realizar nosotros mismos este arduo trabajo, además del esfuerzo físico y mental, necesitaremos uno económico para usar o alquilar productos adecuados.
Estas empresas, por el contrario, nos ofrecen no sólo el contar ya con estos productos para su uso, (maquinaria y productos químicos) sino también la mano de obra y la amplia experiencia en la materia, lo que nos asegura la calidad y buenos resultados en muy poco tiempo.
Como siempre ocurre en este tipo de servicios, el coste va asociado a un presupuesto que muchas de las veces es sin compromiso. Este presupuesto puede calcularse incluso en la propia página web de las empresas. Los criterios suelen ser los metros a limpiar, si es una vivienda unifamiliar o un piso, si se trata de una limpieza de locales comerciales recién reformados, la cantidad de suciedad acumulada tras una obra, los días que estiman que tardarán en aplicar el manual de limpieza…
Para obtener un presupuesto lo más fidedigno posible, la empresa y el cliente acuerdan una visita para que técnicos de la empresa acudan al lugar, obteniendo así un coste personalizado. Se tienen en cuenta, además, criterios como el número de ventanas, el limpiar o no persianas, el tipo de pintura (para utilizar unos productos u otros, con costes que varían), elementos externos como cristales de miradores o balcones… Por ejemplo, si queremos eliminar el polvo de una pared con gotelé es más elevado el coste que si se trata de una pared lisa. Lo mismo ocurre con los techos. No es lo mismo llevar a cabo una limpieza de techo técnico que de uno normal, de los que encontramos habitualmente en las viviendas.
Contratar a una empresa para la limpieza de obra de una vivienda de 100 metros cuadrados puede oscilar entre los 300 y 500 euros. A cambio, un equipo de profesionales puede limpiar en una única jornada de ocho horas nuestra casa sin necesidad de más pasadas, algo que se considera impensable si lo realizáramos nosotros mismos.
Durante el proceso, las empresas permiten muchas veces estar presentes a los clientes, de esta forma se justifican las horas de trabajo empleadas, creando además una relación de confianza entre el cliente y la empresa. Es útil además si queremos especificar que se haga más hincapié en una zona u otra. Nos sirve para indicar, además, qué zonas consideramos especialmente sensibles aunque la experiencia de la empresa no hará que sea necesario.
En cualquier caso, sí será necesario que el cliente verifique que se ha limpiado correctamente y no de manera superficial, ya que el objetivo de invertir en esta contratación es, precisamente, la limpieza en profundidad en pocas horas.
En definitiva, si queremos que la limpieza de obra de nuestra casa no suponga una prolongación de la tediosa reforma, nuestra mejor salida es echar mano de los profesionales que nos aseguren un buen servicio y con garantías, ya que así no habremos hecho un gasto más sino una inversión en salud y tiempo.
Y tú, ya sabes cómo realizar una limpieza de obra? Si tienes alguna duda déjanos un comentario o contacta con nosotros y te ayudaremos en todo lo que necesites con la limpieza en profundidad tras una reforma.
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